lunes, 3 de enero de 2011

Lluvia de sonrisas.

  Aquella noche en la que el cielo mudó su manto y la Tierra apaciguó su llanto,
conocí a una estrella guía que brillaba sin cesar, así, iluminando mi tristeza incineró todo mi pesar...
Confió en mí su noche sin saber más que mi bondad, sonriendo a cambio nada más que de sinceridad.
Ahora, en su ausencia, todo turbio parece estar, espero que su luz me ilumine pronto, sin parar.

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