jueves, 1 de abril de 2010

Yo, mi, me, conmigo.

  Uno mismo se elabora tragándose sus propias palabras y cosechando consejos de cada una de ellas... Pues para darse a conocer uno al mundo, primero, ha de conocerse a sí mismo. Un camino trágico quizá sea el más rápido hacia la concesión del "yo". Goza, pasa, disfruta, huye y vivirás muerto... Examina, soporta, sopesa, aguanta y morirás vivo. Para conocerse uno mismo no necesitas a nadie, pero para demostralo, necesitas a todos. Son las constantes desdichas que nos acompañan día a día, al igual que al acabar esta dicha, que carece de sentido.

domingo, 28 de marzo de 2010

Cronos.

  Él corre y su prisa me carcome. No hay rincón donde no reine, pues su influencia es total. Desde que nacemos dicta nuestro día y si no, el único que de su sentencia nos libra es un accidente mortal. Más valioso que el oro y peligroso que un arma de doble filo. Incluso en ocasiones lo dejamos pasar, sin percatarnos de que nos vigila, de que está esperando nuestro final...