miércoles, 8 de diciembre de 2010

Romance de un lobo de mar...

  Sin rumbo y a la deriva navego entre las dudas,
sin saber a donde ir sigo la brújula de mi corazón.
La tempestad acecha en la penumbra cual Judas,
esperando la oportunidad en que pierda la razón.

  Busco una isla desierta y virgen donde descansar en paz,
pero solo me acontecen puertos  repletos de guardias sin piedad.
Mi fiel compañero, un mono, me aconseja vil y sagaz,
-¿Será cuestión de tiempo el que halles tu libertad?

  Espero, mientras viajo, impaciente mi oportunidad,
pues ya le eché un ojo a una isla abandonada, sin más.
Pero no me abre sus costas para acogerme con amabilidad
en su lecho más profundo, el corazón que tomaré, quizás.