miércoles, 27 de julio de 2011

La agridulce historia de la Marioneta Celeste...

  No entiende de amor, sino de odio.
Su existencia, rechazada, vaga solitaria,
sin saber si fue abandonada por Dios
o acogida por el Diablo...

  Flotando en el abismo, su ser cuestiona
su propia existencia. Sin saber si piensa o
actúa, si es Rey o Peón...

  No hay color en la vida, ni miedo a
la muerte. Pues no hay placer en este
mundo que apacigüe su mente...

  Será cuestión de tiempo o de disciplina,
que aprenda del lamento de una batalla
perdida, contra la vida...

  Pero la gracia del odio torna impenetrable
su alma podrida. Pues dura y recia soporta el
peso de mil pesares...

  Aguarda el momento, aquel en que el cielo
quiebre iluminando su triste esencia, carcomida.
Mostrándole lo desconocido, la gracia de la compañía.
Como no entiende de amor, sino de odio,
vaga cual alma perdida...

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